Altos y robustos yerguen de la madre tierra queriendo concienciarnos de su belleza.
De raíces profundas como el corazón en tu pecho se despojan estación tras estación imponentes y agrietas de historia vivida.
Saben que están exiliados al cielo obligados a bailar con nuestros vientos alisios.
Amarillo y negro es la combinación perfecta para perderse entre su meceo y los mil secretos que esconde su madera.
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